"Para la libertad", Miguel Hernández
EL HERIDO
I
(...)
II
Para la libertad
sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad,
mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal,
generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad
siento más corazones
que arenas en mi pecho:
dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales,
y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad
me desprendo a balazos
de los que han revolcado
su estatua por el lodo.
Y me desprendo
a golpes de mis pies,
de mis brazos,
de mi casa,
de todo.
Porque donde unas cuencas
vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras
de futura mirada
y hará que nuevos brazos
y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas
de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo
que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol
talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
MIGUEL HERNÁNDEZ, El hombre acecha, (1938-39)
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